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Somos una empresa familiar dedicada a la cría de la especie nativa Carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) con fines comerciales y recreativos, teniendo como objetivo principal el de brindar un distintivo de calidad y bienestar animal.
Nuestra granja de cría se encuentra al pie de la Sierra de Caracoles en el departamento de Maldonado, a 25 km. de la ciudad de San Carlos y a 45 km. de Punta del Este.
La granja de cría “Los Capibaras” nace a fines de 2006 con los primeros ejemplares de carpinchos que llegan a nuestro establecimiento agropecuario, el cual ha estado dedicado por más de 30 años, a la cría de ganado ovino como rubro principal. Estos carpinchos llegaban con la finalidad de diversificar las actividades del predio, apuntando como actividad complementaria y sinérgica a la ganadería tradicional. A principios de 2008 somos legalmente habilitados para la cría y comercialización de esta especie nativa, por Resolución MGAP/RENARE Nº 08/08, posteriormente registrado ante la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (DINABISE) del Ministerio de Ambiente.
Durante los años de trayectoria en la cría de carpinchos, se ha logrado acumular un vasta experiencia de base empírica, sobre todo en lo referente al manejo, comportamiento y adaptación a las condiciones de semicautiverio.
La zoocría de carpinchos se hace en base a pasturas naturales, monte nativo y aguadas artificiales creadas para proveer un ambiente idóneo para los mismos. Estas características del ambiente ofrecen además refugio a diferentes especies de nuestra fauna local. Junto a la delimitación perimetral del criadero corre una cañada de agua permanente, afluente del Aº Caracoles, la cual se desliza desde las sierras a través de un importante monte nativo con una amplia variedad botánica que a su vez alberga numerosas especies de animales. Ya han sido registradas más de 140 especies de aves dentro de los límites del establecimiento.
En cuanto a la vida silvestre del lugar deben destacarse entre las plantas, añosos Coronillas (Scutia buxifolia) y Molles (Schinus longifolius) en los alrededores y dentro de los límites del criadero. La lista de árboles que componen el monte autóctono es extensa resaltando los Molles Cenicientos (Schinus lentiscifolius) que otorgan al ambiente un colorido distintivo, Ceibos (Erythrina cristagalli), Mataojos (Pouteria salicifolia), Canelones (Rapanes spp.), etc.
La fauna está particularmente bien representada en cuanto a aves se refiere. Algunas de las especies más carismáticas son el Ñandú (Rhea americana), la Pava de Monte (Penelope obscura), la Seriema (Cariama cristata), el Cuervo Cabeza Roja (Cathartes aura), el Cuervo Cabeza Negra (Coragyps atratus), la Viudita Negra Copetona (Knipolegus lophotes), el Mirlo Charrúa (Gnorimopsar chopi) y el Dragón (Xanthopsar flavus). Una amplia gama de pequeños pájaros dan vida al monte con sus fuertes y variados cantos.
Otros animales que también pueden ser registrados son el Tatú (Dasypus novemcinctus), la Mulita (Dasypus hybridus), el Zorro (Pseudalopex gymnocercus), el Gato Margay (Leopardus wiedii), el Guazuvirá (Mazama gouazoubira).
Nuestro establecimiento cuenta con un área protegida de 20 hectáreas, donde se lleva adelante la práctica de exclusión de la ganadería, con entradas puntuales, lo que ha permitido observar la regeneración del monte nativo y su fauna asociada.
Nuestros carpinchos poseen toda la documentación necesaria para su transporte y tenencia, además de ser identificados con un microchip DATAMARS. Cada transpondedor (microchip) de vidrio es tan pequeño como un grano de arroz (13,3 x 2,12 mm) y contiene un código de identificación inalterable, que es único para cada capibara. Los microchips son imposibles de sacar, brindando una garantía permanente tanto a sus dueños como a nuestro criadero y a las autoridades competentes.
Los capibaras pueden ser animales de uso ornamental siempre y cuando se cubran sus necesidades específicas: un lugar para refugiarse y protegerse, hierba y paja, más un espejo de agua somera para su imprescindible existencia acuática, todo esto delimitado por un cerramiento perimetral. La alimentación también es un punto crucial pero no determina un costo excesivo que impida su cría.
El Programa de Refugios de vida silvestre es una iniciativa que busca generar una red voluntaria de predios privados (refugios) que contribuya significativamente a la conservación de la diversidad biológica de Uruguay, promueva modelos de producción compatibles con la conservación y sea valorada por el aporte que realiza a la protección del patrimonio natural y al desarrollo sostenible del país.
Es una iniciativa de Conservación de los pastizales naturales y su biodiversidad en el Cono Sur de América del Sur a través de acciones coordinadas entre los cuatro países (Uruguay, Paraguay, Brasil y la Argentina), y entre los sectores de la sociedad (productores, organizaciones civiles, academia y gobiernos), en el marco de un desarrollo armónico y sustentable de la región.